Se han propuesto muchas teorías para explicar la naturaleza e identidad de Spring Heeled Jack, tambien conocido como jack el saltarin ninguna de las cuales ha explicado completamente el fenómeno. La leyenda urbana de Spring Heeled Jack adquirió una inmensa popularidad en su época gracias a las historias sobre su estrafalaria apariencia y su capacidad para efectuar saltos extraordinarios, hasta el punto de llegar a convertirse en protagonista de varias obras de ficción.
Spring Heeled Jack era descrito por las personas que afirmaban haberlo visto como con una apariencia espantosa y aterradora, una fisiognomía diabólica que incluía garras metálicas afiladas en sus dedos y ojos que «parecían bolas de fuego rojo». Un informe afirmaba que, bajo una capa negra, llevaba un casco y una prenda ajustada blanca como «hule». Muchas historias mencionan también un aspecto «demoníaco». Se decía que : era alto y delgado, añadiendo algunos informes que podía exhalar llamas azules y blancas. Al menos dos personas afirmaron que podía hablar un inglés comprensible.
PRIMEROS INFORMES
Los primeros relatos sobre Spring Heeled Jack aparecen en Londres 1837 y su último supuesto avistamiento sucede en Liverpool en 1904.
Los primeros informes sobre Jack fueron de un hombre de negocios que volvía a casa tarde una noche de trabajar, quien contó que fue súbitamente sorprendido cuando una figura misteriosa saltó fácilmente sobre las altas verjas de un cementerio, cayendo justo en su camino. No informó de ningún ataque, pero su descripción era inquietante: un hombre musculoso con rasgos diabólicos, incluyendo grandes orejas y narices puntiagudas, además de ojos brillantes y saltones.
Más tarde, en octubre de 1837, una muchacha llamada Mary Stevens caminaba hacia Lavender Hill, donde trabajaba como sirviente, tras visitar a sus padres en Battersea. A su paso por Clapham Common, según afirmaría más tarde, una extraña figura saltó ante ella desde un callejón oscuro. Tras inmovilizarla abrazándola fuertemente, empezó a besarle la cara, mientras rasgaba sus ropas y le tocaba el cuerpo con sus garras, que eran según su descripción «frías y húmedas como las de un cadáver». Aterrorizada, la muchacha gritó, haciendo que el atacante huyese rápidamente de lugar. El alboroto atrajo a varios vecinos que inmediatamente comenzaron la búsqueda del agresor, a quien no pudo hallarse.
Se dice que el día siguiente el personaje saltarín eligió a un víctima muy diferente cerca del hogar de Mary Stevens, inaugurando un método que se repetiría en avistamientos posteriores: saltó ante un coche, provocando que el cochero perdiese el control, se estrellase y quedase gravemente herido. Varios testigos afirmaron que escapó saltando por encima de un muro de casi 3 m mientras balbuceaba con una risa aguda y zumbona.
Gradualmente, las noticias sobre el extraño personaje se extendieron, y pronto la prensa y el público le dieron nombre: jack el saltarin
LOS INFORMES DE SCALES Y ALSOP
Quizá los más famosos incidentes relacionados con jack el saltarin sean los supuestos ataques que sufrieron dos adolescentes, Lucy Scales y Jane Alsop. El de Alsop fue ampliamente cubierto por los periódicos, mientras sólo uno informó del de Scales, presumiblemente porque Alsop procedía de una familia bien acomodada y Scales de una familia de comerciantes. Este influjo mediático alimentó la histeria colectiva que envolvía al caso.
Se informó que, el 20 de febrero, la joven de 18 años Jane Alsop abrió la puerta del hogar paterno en el distrito londinense de Bow a un hombre que afirmaba ser oficial de policía, quien le pidió que trajese una luz porque él y otro oficial habían «atrapado a Spring Heeled Jack aquí en la calle», pero este hombre la atacó entonces, rasgándole el vestido y tirándole del pelo hasta que otros miembros de la familia acudieron a ayudarla. Alsop contó a los investigadores de la policía de Lambeth que «llevaba una especia de casco, y un disfraz blanco ajustado con aspecto de hule. Su cara era espantosa y sus ojos como bolas de fuego. Tenía garras en las manos de algún material metálico, y vomitaba llamas azules y blancas.»
El informe de Scales es como sigue: cinco días después, el 28 de febrero de 1838, la muchacha de 18 años Lucy Scales y su hermana volvían a casa tras visitar a su hermano, un carnicero que vivía en una zona respetable de Limehouse. Ligeramente adelantada a su hermana, Lucy estaba a mitad de camino de Green Dragon Alley cuando un personaje que había estado esperando en un rincón del pasaje apareció y la atacó. La figura respiró fuego en la cara de Lucy y entonces huyó mientras la muchacha caía al suelo, presa de violentos espasmos que duraron varias horas. Unos pocos días después, el 6 de marzo, Lucy y su hermana prestaron declaración en la comisaría de policía de Lambeth Street acompañadas por su hermano, William.
LOS ULTIMOS INFORMES
A principios de los años 1870, jack el saltarin fue supuestamente visto de nuevo en varios lugares distantes entre sí. En noviembre de 1872, el News of the World informó que Peckham estaba «en estado de conmoción debido a lo que se conocía como “Fantasma de Peckham”, una figura misteriosa, de apariencia bastante alarmante». El editorial señalaba que no era otro que «jack el saltarin, quien aterrorizó a la anterior generación». Historias parecidas fueron publicadas en las Illustrated Police News. En abril y mayo de 1873 sucedieron numerosos avistamientos del «Fantasma del Parque» en Sheffield, que los lugareños llegaron a identificar con jack el saltarin
A esta noticia siguieron más supuestos avistamientos hasta agosto de 1877, siendo uno de los más notables el protagonizado por un grupo de soldados del cuartel de Aldershot. Un centinela de servicio en el Campamento Norte miraba a la oscuridad, donde le había llamado la atención una peculiar figura brincando por la carretera hacia él. El soldado le dio el alto, que fue ignorado, y la figura desapareció de la vista unos momentos. Cuando el soldado volvía a su puesto, la figura reapareció junto a él y le propinó varias bofetadas con «una mano tan fría como la de un cadáver». Uno de los guardias le disparó, sin efecto visible, si bien algunas fuentes afirman que el soldado pudo haberle disparado cartuchos de fogueo, usados sólo para hacer disparos de advertencia.
En otoño del mismo año, Spring Heeled Jack volvió a ser visto en Newport Arch (Lincolnshire), llevando una piel de oveja. Una multitud enfadada le habría perseguido y acorralado, y al igual que en Aldershot, le habrían disparado sin lograr efecto alguno. Muchos testigos afirmaron que los disparos le alcanzaron, sonando como si golpeasen un objeto metálico hueco como un «cubo vacío». Como de costumbre, se decía que hizo uso de sus habilidades saltarinas para escapar de la multitud y desaparecer una vez más.
A finales del siglo XIX, los supuestos avistamientos de jack el saltarin se fueron desplazando hacia el oeste de Inglaterra. En septiembre del 1904, en Everton, al norte de Liverpool, jack el saltarin habría aparecido en el tejado de la Iglesia de San Francisco Javier, en Salisbury Street. Los testigos contaron que súbitamente saltó y cayó al suelo, aterrizando tras una casa cercana. Cuando corrieron a este punto, sigue la historia, se enfrentaron a un hombre alto y musculoso, vestido completamente de blanco y llevando un casco «con forma de huevo», que les esperaba de pie. Rió histéricamente a la multitud y se abalanzó sobre ella, haciendo que varias mujeres se desmayasen. Librándose de ellos de un salto gigante, desapareció tras las casas vecinas.
El 18 de junio de 1953, una figura parecida a algunas descripciones de jack el saltarin fue avistada en un pecán en el patio de un edificio de apartamentos de Houston (Texas). Hilda Walker, Judy Meyers y Howard Phillips describieron a un hombre con «capa negra, pantalones ajustados y botas altas», y «ropas ajustadas grises o negros».
TEORIAS
Nadie ha sido atrapado e identificado nunca como Spring Heeled Jack, lo que combinado con las extraordinarias habilidades que se le atribuyen y el largo periodo durante el que se informó de avistamiestos ha llevado a la exposición de todo tipos de teorías sobre su naturaleza e identidad. Mientras varios investigadores buscan una explicación racional a estos sucesos, otros autores exploran los detalles más fantásticos de las historias para proponer varias teorías paranormales diferentes
POSICIONES ESCEPTICAS
Los investigadores escépticos han desestimado las historias sobre Spring Heeled Jack como fruto de la histeria colectiva que rodeó a los diversos relatos sobre un bogeyman o diablo que se apareció durante décadas, o como mitos urbanos exagerados sobre un hombre que trepaba por los tejados afirmando que el diablo le perseguía.
Henry de La Poer Beresford, tercer Marqués de Waterford (1840).Otros investigadores creen que algunos individuos pueden haber estado tras sus orígines, y haber sido seguidos por imitadores. Spring Heeled Jack fue ampliamente considerado no una criatura sobrenatural sino una o más personas con un macabro sentido del humor. Esta idea concuerda con el contenido de la carta al Lord Mayor, que acusaba a un grupo de jóvenes aristócratas envueltos en una irresponsable apuesta como culpables.
Un popular rumor que circuló tan pronto como en 1840 señalaba a un noble irlandés, el marqués de Waterford, como principal sospechoso. Haining sugirió que esto pudo haberse debido a que previamente tuvo malas experiencias con mujeres y oficiales de policía.El marqués apareció frecuentemente en noticias de finales de los años 1830 por reyertas de borrachos, bromas crueles y vandalismo, y se decía que hacía cualquier cosa por una apuesta. Su comportamiento irregular y su desdén hacia las mujeres le ganaron el apodo de «el Marqués Loco», y también se sabe que estuvo en la zona de Londres en la época en la que ocurrieron los primeros incidentes. Pero The Waterford Chronicle pudo informar de su presencia en la baile del día de San Valentín en el castillo Waterford, dándole una coartada para los ataques sobre Jane Allsop y Lucy Scales que son cruciales para la supuesta existencia de Jack. Sin embargo, en 1880 fue calificado de culpable por el reverendo E. C. Brewer, quien aseguró que el marqués «solía entretenerse abalanzándose sobre viajeros desprevenidos, asustándolos, y de cuando en cuando otros han seguido su ridículo ejemplo». En 1842 el marqués de Waterford se casó y se estableció en Curraghmore House (Irlanda), y se sabe que llevó una vida ejemplar hasta su muerte en accidente ecuestre en 1859. Spring Heeled Jack siguió activo varias décadas después, lo que lleva a los partidarios de su culpabilidad a la misma conclusión que Brewer.
Investigadores escépticos han afirmado que la historia de Spring Heeled Jack fue exagerada y alterada por la histeria colectiva, un proceso al que muchos aspectos sociológicos pueden haber contribuido. Estos incluyen rumores infundados, superstición, tradición oral, publicaciones sensacionalistas y un folclore rico en historias de hadas y extrañas criaturas pícaras. El chismorreo sobre supuestos poderes para saltar y escupir fuego, sus supuestas características extraordinarias y su presunta habilidad para escapar cautivaron la mente del público supersticioso, incrementándose con el paso del tiempo, lo que dio la impresión de que Spring Heeled Jack no envejecía. Como resultado, se forjó una leyenda urbana completa en torno al personaje, que tuvo reflejo en las publicaciones de la época, que a su vez avivaron esta percepción popular
CONJETURAS PARANORMALES
Se han propuesto diversas explicaciones paranormales para explicar el origen de Spring Heeled Jack. Entre ellas están las siguientes:
Una entidad extraterrestre con aspecto y características no humanas (como por ejemplo ojos rojos retrorreflectores o respiración de fósforo) y una agilidad sobrehumana propia de la vida en un mundo con elevada gravedad.
Un visitante de otra dimensión, que podría haber entrado a este plano a través de un agujero de gusano o una puerta dimensional.
Un demonio, invocado accidentalmente o aposta en este mundo por practicantes de ocultismo o que se manifestó solo simplemente para provocar confusión espiritual.
sábado, 15 de octubre de 2011
martes, 11 de octubre de 2011
Tulpa
El tulpa es una supuesta entidad mágica creada con el pensamiento, según el vajrayāna y, más concretamente, el budismo tibetano. Para los yoguis tibetanos, la formación de tulpas es parte del proceso místico de aprendizaje, mientras que la para la ciencia moderna es fruto de la mera sugestión.
El tulpa es una construcción mental, un ente místico creado por un acto de la imaginación y de la voluntad, que adquiere consistencia física.
Es como un fantasma o ectoplasma formado por un monje o iniciado después de una larga meditación. No es una simple visión, sino un fenómeno dotado de consistencia física, que es capaz incluso de emitir olores y sonidos, entre otras cosas. Puede tomar la forma de un animal, un objeto, un edificio, un paisaje o un ser humano.
Según los lamas tibetanos, esto es posible porque el mundo, el universo entero, es una simple visión mental y, por lo tanto, no hay ningún fenómeno que no exista si no es concebido por el espíritu humano.
Para crear un tulpa sería necesario tener una mente disciplinada, dada al aislamiento, y contar con la ayuda de ciertos rituales que permitan la materialización de las ondas mentales. No obstante, a diferencia del espiritismo occidental, las sesiones durante las cuales nacen los tulpas pueden realizarse a pleno sol y no tienen ninguna necesidad de la presencia de un médium en trance.2
Según la creencia, al hacerlo, este ser se hace visible a otras personas, llegando incluso a adquirir voluntad propia. Por lo general, estas proyecciones mentales tendrían una vida corta. Lo normal es que se deteriorasen casi inmediatamente después de ser creadas, sin dejar una impronta profunda en la materia mental que penetrase en el plano físico.
Sin embargo, si el pensamiento fuese particularmente intenso, producto de una pasión o de un temor profundos, o si tuviera una duración larga y hubiese sido objeto de prolongada meditación, la onda de pensamiento transformaría la materia mental en una forma más permanente, que tendría una vida más larga e intensa. A través de una fuerte creencia y visualización, el ente va aumentando su poder a medida que más gente cree en su existencia.
Una vez que los tulpas empiezan a existir por cuenta propia, sin que quienes los crearon controlen cuándo aparecen y cuándo desaparecen, se supone que dejan de ser imaginarios y ya no son tan fáciles de controlar o de eliminar.
El tulpa es una construcción mental, un ente místico creado por un acto de la imaginación y de la voluntad, que adquiere consistencia física.
Es como un fantasma o ectoplasma formado por un monje o iniciado después de una larga meditación. No es una simple visión, sino un fenómeno dotado de consistencia física, que es capaz incluso de emitir olores y sonidos, entre otras cosas. Puede tomar la forma de un animal, un objeto, un edificio, un paisaje o un ser humano.
Según los lamas tibetanos, esto es posible porque el mundo, el universo entero, es una simple visión mental y, por lo tanto, no hay ningún fenómeno que no exista si no es concebido por el espíritu humano.
Para crear un tulpa sería necesario tener una mente disciplinada, dada al aislamiento, y contar con la ayuda de ciertos rituales que permitan la materialización de las ondas mentales. No obstante, a diferencia del espiritismo occidental, las sesiones durante las cuales nacen los tulpas pueden realizarse a pleno sol y no tienen ninguna necesidad de la presencia de un médium en trance.2
Según la creencia, al hacerlo, este ser se hace visible a otras personas, llegando incluso a adquirir voluntad propia. Por lo general, estas proyecciones mentales tendrían una vida corta. Lo normal es que se deteriorasen casi inmediatamente después de ser creadas, sin dejar una impronta profunda en la materia mental que penetrase en el plano físico.
Sin embargo, si el pensamiento fuese particularmente intenso, producto de una pasión o de un temor profundos, o si tuviera una duración larga y hubiese sido objeto de prolongada meditación, la onda de pensamiento transformaría la materia mental en una forma más permanente, que tendría una vida más larga e intensa. A través de una fuerte creencia y visualización, el ente va aumentando su poder a medida que más gente cree en su existencia.
Una vez que los tulpas empiezan a existir por cuenta propia, sin que quienes los crearon controlen cuándo aparecen y cuándo desaparecen, se supone que dejan de ser imaginarios y ya no son tan fáciles de controlar o de eliminar.
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Parapsicología
lunes, 10 de octubre de 2011
Genios (Djinn)
Un genio, del árabe yinn, es un ser fantástico de la mitología semítica. No debe confundirse esta palabra con otra idéntica que procede del latín genius. En ocasiones en vez de genio se usa el término árabe, usualmente transcrito jinn o djinn, de acuerdo con la transcripción francesa o inglesa.
En las tradiciones más antiguas, los genios eran los espíritus de pueblos desaparecidos, que actuaban de noche y se escondían al despuntar el día. Otras tradiciones dicen que son seres de fuego. En todos los casos se trata de seres con características de duendes y otros seres mitológicos elementales de la naturaleza, que pueden, según su talante, atacar o ayudar al ser humano.
El islam incorporó parcialmente la antigua creencia en los genios, y de este modo son hoy en día personajes presentes en las tradiciones de todos los pueblos del área islámica. Es prácticamente seguro, sin embargo, que esos genios no responden únicamente a los genios semíticos originales, ya que la extensión del mensaje del Corán impuso un mismo nombre a muchas manifestaciones distintas propias de los países islamizados. Así, en lugares donde el mazdeísmo hizo mella antes que el islam los genios son protagonistas de diversas prácticas mágicas alejadas de la ortodoxia sunní; para los tuareg, son tentadores del desierto y ladrones nocturnos, así como para los musulmanes de la India pueden ser molestos invasores del hogar que deben ser expulsados usando ciertas suras del Corán, en una ceremonia no muy distinta del exorcismo católico.
El islam considera a los genios seres creados de fuego sin humo, dotados como el ser humano de libre albedrío y que pueden obedecer a Dios o bien a Iblís, el demonio, a quien a veces se describe como tal, es decir como ángel caído, y a veces es considerado genio:
Hemos creado al hombre de barro, de arcilla moldeable
Antes, del fuego ardiente habíamos creado a los genios.
(Corán, 15, 26-27)
Los genios son, pues, la tercera clase de seres creada por Dios, junto a los hombres y los ángeles. La creencia en esta tercera raza marca una diferencia respecto a las otras dos religiones monoteístas (cristianismo y judaísmo).
Los genios, a diferencia de los ángeles, comparten el mundo físico con los seres humanos y son tangibles, aunque sean invisibles o adopten formas diversas. Los genios y los humanos pueden casarse y procrear. Por esta razón, la jurisprudencia islámica medieval llegó a regular las condiciones relativas a matrimonio, descendencia y herencia entre genios y humanos. Fueron muchos los pensadores musulmanes medievales que dudaron de la existencia de los genios (no así de la de los ángeles) o directamente la negaron, como Avicena, Al-Farabi o Ibn Jaldún.
La creencia popular en los genios sigue estando muy extendida en las áreas rurales de algunos países islámicos y es muy frecuente su aparición en la literatura popular. En occidente son conocidos sobre todo los genios malignos del tipo ifrit, a través de los cuentos de Las mil y una noches y sus adaptaciones cinematográficas.
Una muestra a la vez de la creencia popular en los genios y de que pueden ser seres dignos de devoción e imitación la encontramos en Marruecos, donde, en el marco del muy popular culto a los morabitos o santones, se inscribe el culto a un personaje que no es humano sino genio. Se trata del morabito Sidi Shamharush, situado en la aldea del mismo nombre en el Atlas, y al cual acude la gente de la zona en peregrinación para ganarse la baraka o bendición divina por intercesión del santón. El culto es similar al que se prodiga a otros morabitos, salvo por el hecho de que en este caso no gira alrededor de una tumba, ya que Sidi Shamharush no está muerto: vive de día bajo la forma de perro negro y por la noche adopta apariencia humana.
Los genios son una especie maliciosa, pero no necesariamente maligna. En sus más benignas formas de comportamiento, suelen ser bromistas y embaucadores. Tienen una miríada de atributos, debido al efecto aglutinante que tuvo la extensión del islam respecto a las leyendas y supersticiones locales de los pueblos islamizados. Pueden ser invisibles o cambiar a voluntad de forma, haciéndose pasar por animales o presentándose con la apariencia de una mujer hermosa para visitar a los hombres por la noche, hacerles el amor y robarles la energía, como si se tratara de súcubos. Pueden también ser dominados a través de un objeto (como la lámpara maravillosa de Aladino) y convertirse así en esclavos de quien posea dicho objeto.
Los genios pueden ser causantes de ciertas formas de locura. La palabra árabe que designa al "loco" es maynun, que etimológicamente significa poseído por los genios. Pueden atravesar sólidas paredes sin dejar de tocar lo material y a los vivos, desplazarse a grandes velocidades, transfigurarse en seres humanos y suplantar a familiares y conocidos. El estado normal de un genio es el de invisible para los humanos, ya que Dios les proporcionó muchas habilidades, pero dificultó de esta forma que pudiéramos relacionarnos normalmente con ellos. Cuenta la tradición que al final de los días esta situación se invertirá y seremos nosotros quienes podamos verlos, obteniendo la ventaja que desde el principio del mundo atesoraron.
Los genios tienen dinastías y jerarquías, no desmereciendo de la misma demonología católica en este punto. En otras culturas, como en la Mitología guanche (Tenerife, Canarias, España), también existía la creencia en seres que calificaríamos como genios, como los llamados Dioses paredros o Maxios (genios domésticos y de la naturaleza), los Tibicenas (genios malignos) y también el demonio Guayota (dios o diablo del mal aborigen), al que, al igual que al Iblís árabe, se le identifica a veces con un genio. Los guanches eran de origen bereber, del norte de África, lo que refuerza la hipótesis de un parentesco entre los genios africanos y este panteón isleño.
El Genio de la cueva de Ras el Khaimah
Esta es la historia de un tal Bashar, cuyo relato es el que más circula por los medios relacionados al mundo paranormal. Cuenta que un joven y su amigo entraron a las cavernas en Ras Al Khaimah para tomar fotos de su interior, pese a las advertencias de que en alguna de las cuevas de la región se oían escalofriantes alaridos, motivo por demás suficiente para que se mantuvieran lejos de allí. Uno de los amigos declaró a la policía que su compañero gritó y luego vio el destello de la cámara. Él lo estuvo buscando; Le gritaba, pero nunca obtuvo respuesta, por lo que, temiendo que hubiese caído en algún precipicio, llamó a la policía. Pocas horas más tarde lo encontraron muerto, con la cámara entre sus manos. Al revelar el rollo se encontraron con la inesperada presencia de éste ser desconocido.
En las tradiciones más antiguas, los genios eran los espíritus de pueblos desaparecidos, que actuaban de noche y se escondían al despuntar el día. Otras tradiciones dicen que son seres de fuego. En todos los casos se trata de seres con características de duendes y otros seres mitológicos elementales de la naturaleza, que pueden, según su talante, atacar o ayudar al ser humano.
El islam incorporó parcialmente la antigua creencia en los genios, y de este modo son hoy en día personajes presentes en las tradiciones de todos los pueblos del área islámica. Es prácticamente seguro, sin embargo, que esos genios no responden únicamente a los genios semíticos originales, ya que la extensión del mensaje del Corán impuso un mismo nombre a muchas manifestaciones distintas propias de los países islamizados. Así, en lugares donde el mazdeísmo hizo mella antes que el islam los genios son protagonistas de diversas prácticas mágicas alejadas de la ortodoxia sunní; para los tuareg, son tentadores del desierto y ladrones nocturnos, así como para los musulmanes de la India pueden ser molestos invasores del hogar que deben ser expulsados usando ciertas suras del Corán, en una ceremonia no muy distinta del exorcismo católico.
El islam considera a los genios seres creados de fuego sin humo, dotados como el ser humano de libre albedrío y que pueden obedecer a Dios o bien a Iblís, el demonio, a quien a veces se describe como tal, es decir como ángel caído, y a veces es considerado genio:
Hemos creado al hombre de barro, de arcilla moldeable
Antes, del fuego ardiente habíamos creado a los genios.
(Corán, 15, 26-27)
Los genios son, pues, la tercera clase de seres creada por Dios, junto a los hombres y los ángeles. La creencia en esta tercera raza marca una diferencia respecto a las otras dos religiones monoteístas (cristianismo y judaísmo).
Los genios, a diferencia de los ángeles, comparten el mundo físico con los seres humanos y son tangibles, aunque sean invisibles o adopten formas diversas. Los genios y los humanos pueden casarse y procrear. Por esta razón, la jurisprudencia islámica medieval llegó a regular las condiciones relativas a matrimonio, descendencia y herencia entre genios y humanos. Fueron muchos los pensadores musulmanes medievales que dudaron de la existencia de los genios (no así de la de los ángeles) o directamente la negaron, como Avicena, Al-Farabi o Ibn Jaldún.
La creencia popular en los genios sigue estando muy extendida en las áreas rurales de algunos países islámicos y es muy frecuente su aparición en la literatura popular. En occidente son conocidos sobre todo los genios malignos del tipo ifrit, a través de los cuentos de Las mil y una noches y sus adaptaciones cinematográficas.
Una muestra a la vez de la creencia popular en los genios y de que pueden ser seres dignos de devoción e imitación la encontramos en Marruecos, donde, en el marco del muy popular culto a los morabitos o santones, se inscribe el culto a un personaje que no es humano sino genio. Se trata del morabito Sidi Shamharush, situado en la aldea del mismo nombre en el Atlas, y al cual acude la gente de la zona en peregrinación para ganarse la baraka o bendición divina por intercesión del santón. El culto es similar al que se prodiga a otros morabitos, salvo por el hecho de que en este caso no gira alrededor de una tumba, ya que Sidi Shamharush no está muerto: vive de día bajo la forma de perro negro y por la noche adopta apariencia humana.
Los genios son una especie maliciosa, pero no necesariamente maligna. En sus más benignas formas de comportamiento, suelen ser bromistas y embaucadores. Tienen una miríada de atributos, debido al efecto aglutinante que tuvo la extensión del islam respecto a las leyendas y supersticiones locales de los pueblos islamizados. Pueden ser invisibles o cambiar a voluntad de forma, haciéndose pasar por animales o presentándose con la apariencia de una mujer hermosa para visitar a los hombres por la noche, hacerles el amor y robarles la energía, como si se tratara de súcubos. Pueden también ser dominados a través de un objeto (como la lámpara maravillosa de Aladino) y convertirse así en esclavos de quien posea dicho objeto.
Los genios pueden ser causantes de ciertas formas de locura. La palabra árabe que designa al "loco" es maynun, que etimológicamente significa poseído por los genios. Pueden atravesar sólidas paredes sin dejar de tocar lo material y a los vivos, desplazarse a grandes velocidades, transfigurarse en seres humanos y suplantar a familiares y conocidos. El estado normal de un genio es el de invisible para los humanos, ya que Dios les proporcionó muchas habilidades, pero dificultó de esta forma que pudiéramos relacionarnos normalmente con ellos. Cuenta la tradición que al final de los días esta situación se invertirá y seremos nosotros quienes podamos verlos, obteniendo la ventaja que desde el principio del mundo atesoraron.
Los genios tienen dinastías y jerarquías, no desmereciendo de la misma demonología católica en este punto. En otras culturas, como en la Mitología guanche (Tenerife, Canarias, España), también existía la creencia en seres que calificaríamos como genios, como los llamados Dioses paredros o Maxios (genios domésticos y de la naturaleza), los Tibicenas (genios malignos) y también el demonio Guayota (dios o diablo del mal aborigen), al que, al igual que al Iblís árabe, se le identifica a veces con un genio. Los guanches eran de origen bereber, del norte de África, lo que refuerza la hipótesis de un parentesco entre los genios africanos y este panteón isleño.
El Genio de la cueva de Ras el Khaimah
Esta es la historia de un tal Bashar, cuyo relato es el que más circula por los medios relacionados al mundo paranormal. Cuenta que un joven y su amigo entraron a las cavernas en Ras Al Khaimah para tomar fotos de su interior, pese a las advertencias de que en alguna de las cuevas de la región se oían escalofriantes alaridos, motivo por demás suficiente para que se mantuvieran lejos de allí. Uno de los amigos declaró a la policía que su compañero gritó y luego vio el destello de la cámara. Él lo estuvo buscando; Le gritaba, pero nunca obtuvo respuesta, por lo que, temiendo que hubiese caído en algún precipicio, llamó a la policía. Pocas horas más tarde lo encontraron muerto, con la cámara entre sus manos. Al revelar el rollo se encontraron con la inesperada presencia de éste ser desconocido.
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domingo, 9 de octubre de 2011
Kitsune
Los kitsune son conocidos por poseer una inteligencia superior, una larga vida y poderes mágicos. Son un tipo de yōkai, o entidad espiritual, y la palabra kitsune es a veces traducido como "espíritu de zorro". Sin embargo, esto no quiere decir que los kitsune sean fantasmas, ni tampoco que sean fundamentalmente diferentes a los zorros comunes. La palabra "espíritu" es usado para reflejar un estado de conocimiento o iluminación, ya que todos los zorros con larga vida adquieren poderes sobrenaturales.
Existen dos clases comunes de kitsune. Los zenko son zorros benevolentes y celestiales asociados con el dios Inari; ellos son simplemente llamados como zorros de Inari. En cambio, los yako (literalmente, "zorros de campo"), son salvajes, tienden a ser traviesos e inclusive malvados. Las tradiciones locales añaden otras clases de kitsune. Por ejemplo, un ninko es un espíritu de zorro invisible que los humanos sólo podían percibirlo cuando eran poseídos por ellos. Otra tradición clasifica a los kitsune en trece tipos definidos por la clase de habilidades sobrenaturales que posea el kitsune.
Físicamente, los kitsune sobresalen por su cantidad de colas, que llegan a tener hasta nueve colas. Generalmente, un gran número de colas indica a un zorro más longevo y más poderoso; de hecho, algunas narraciones populares mencionan que un zorro tendrá colas adicionales cuando haya alcanzado los mil años. En las historias son comunes los kitsune de una, cinco, siete y nueve colas.15 Cuando un kitsune obtiene su novena cola, su pelaje se vuelve blanco o dorado. Los zorros de nueve colas o kyūbi no kitsune tienen la habilidad de ver y oír cualquier suceso que ocurra en el mundo. Otras historias le atribuyen sabiduría infinita, esencialmente omnisciente.
Un kitsune puede tomar la forma humana, una habilidad que se aprende a cierta edad — usualmente a los 100 años, aunque otras historias mencionan que a los 50 años. Como un requisito para la transformación, el zorro se debe poner juncos, una hoja de gran tamaño o una calavera sobre su cabeza. Las formas que puede asumir el kitsune son de mujeres hermosas, chicas jóvenes o de hombres ancianos. Estas formas no estaban limitadas por la edad o por el género del zorro, inclusive un kitsune puede duplicar la apariencia de una persona en específico. Los kitsune son particularmente conocidos por convertirse en bellas mujeres. Había una creencia popular en el Japón medieval en la que si se encontraba una mujer solitaria, especialmente al anochecer o durante la noche, podía ser un zorro.
En algunas historias, los kitsune tienen dificultad en esconder sus colas cuando se transforman en seres humanos; la aparición de la cola, cuando el zorro se emborrachaba o se descuidaba, es una forma habitual de descubrir la verdadera identidad de la criatura. Otras formas de descubrir la identidad de los kitsune eran que como seres humanos aún tenían rasgos parecidos al zorro, también les cubre un pelaje fino, tienen una sombra en forma de zorro, o su propio reflejo revelaba su identidad. El término kitsune-gao (literalmente "cara de zorro") se refiere a las mujeres humanas que tienen una cara angosta con ojos muy juntos, cejas delgadas y pómulos salientes. Tradicionalmente, esta estructura facial es considerada atractiva, y en algunas historias se le atribuyen a los zorros con forma humana. Los kitsune tienen fobia y desprecio a los perros, inclusive en su forma humana, y algunos se turban ante su presencia al punto que se convierten en zorros y huyen. También una persona devota puede ser capaz de ver la identidad del zorro inmediatamente.
Una historia popular ilustra estas imperfecciones en los kitsune convertidos en humanos; relataba acerca de Koan, un personaje histórico que poseía la sabiduría y los poderes mágicos como vidente. Según esta historia, él estaba en la casa de uno de sus devotos cuando se quemó su pie al entrar al baño debido a que el agua estaba muy caliente. Entonces, "en su angustia, él se escapó del baño desnudo. Cuando la gente de la casa lo vio, ellos estaban pasmados cuando observaron que Koan poseía un pelaje que cubría gran parte de su cuerpo y le sobresalía una cola de zorro. Entonces Koan se transformó en frente de ellos, convirtiéndose en un zorro anciano y huyó."
Otras habilidades sobrenaturales que se le atribuyen comúnmente al kitsune incluyen la posesión, la aparición de fuego o luz en la boca o en las colas (son conocidos como kitsune-bi; literalmente "zorro de fuego"), la manifestación voluntaria en los sueños de otros, la capacidad de volar, invisibilidad, y creación de ilusiones bien elaborados que son casi indistinguibles de la realidad. En algunas historias se menciona al kitsune con poderes más grandiosos, como curvar el tiempo y el espacio, volver locas a las personas, o tomar formas fantásticas como un árbol de considerable altura o una segunda luna en el cielo. Otros kitsune tienen características similares a los vampiros o los súcubos y se alimentan de la energía vital o del espíritu de los seres humanos, generalmente a través del contacto sexual.
Kitsunetsuki
El kitsunetsuki literalmente significa "el estado de estar poseído por un zorro". La víctima es principalmente una mujer joven, en la que el zorro entra debajo de sus uñas o a través de sus senos. En algunos casos, la expresión facial de la víctima cambia de una forma que es parecida a la de un zorro. La tradición japonesa menciona que la posesión de un zorro puede hacer que si la víctima es analfabeta tenga la habilidad temporal de leer.
Cabe anotar, que al liberarse de la posesión, la víctima no será capaz de comer tofu, azukimeshi, u otra comida que le agrade a los zorros.
El exorcismo, a veces realizado en un santuario de Inari, puede inducir a un zorro a abandonar su huésped. En el pasado, cuando no era posible el exorcismo con métodos benevolentes o si no estaba un monje, las víctimas del kitsunetsuki eran golpeados o quemados para forzar el abandono del espíritu. Familias enteras eran condenadas al ostracismo en sus comunidades si tenían a un miembro de la familia poseído por un zorro.
En Japón, el kitsunetsuki era considerado una enfermedad desde la era Heian y permaneció como un diagnóstico común de una enfermedad mental hasta comienzos del siglo XX. La posesión fue la explicación para la conducta anormal mostrada para las aflicciones individuales. A finales del siglo XIX, el doctor Shunichi Shimamura afirmó que las enfermedades físicas que causaban fiebre eran a veces considerados kitsunetsuki. La creencia había perdido apoyo, pero las historias de posesiones por zorro aún aparecían en los periódicos y en los medios de comunicación. Una de las más conocidas involucraba afirmaciones de que los miembros del culto Aum Shinrikyo estaban poseídos.
Existen dos clases comunes de kitsune. Los zenko son zorros benevolentes y celestiales asociados con el dios Inari; ellos son simplemente llamados como zorros de Inari. En cambio, los yako (literalmente, "zorros de campo"), son salvajes, tienden a ser traviesos e inclusive malvados. Las tradiciones locales añaden otras clases de kitsune. Por ejemplo, un ninko es un espíritu de zorro invisible que los humanos sólo podían percibirlo cuando eran poseídos por ellos. Otra tradición clasifica a los kitsune en trece tipos definidos por la clase de habilidades sobrenaturales que posea el kitsune.
Físicamente, los kitsune sobresalen por su cantidad de colas, que llegan a tener hasta nueve colas. Generalmente, un gran número de colas indica a un zorro más longevo y más poderoso; de hecho, algunas narraciones populares mencionan que un zorro tendrá colas adicionales cuando haya alcanzado los mil años. En las historias son comunes los kitsune de una, cinco, siete y nueve colas.15 Cuando un kitsune obtiene su novena cola, su pelaje se vuelve blanco o dorado. Los zorros de nueve colas o kyūbi no kitsune tienen la habilidad de ver y oír cualquier suceso que ocurra en el mundo. Otras historias le atribuyen sabiduría infinita, esencialmente omnisciente.
Un kitsune puede tomar la forma humana, una habilidad que se aprende a cierta edad — usualmente a los 100 años, aunque otras historias mencionan que a los 50 años. Como un requisito para la transformación, el zorro se debe poner juncos, una hoja de gran tamaño o una calavera sobre su cabeza. Las formas que puede asumir el kitsune son de mujeres hermosas, chicas jóvenes o de hombres ancianos. Estas formas no estaban limitadas por la edad o por el género del zorro, inclusive un kitsune puede duplicar la apariencia de una persona en específico. Los kitsune son particularmente conocidos por convertirse en bellas mujeres. Había una creencia popular en el Japón medieval en la que si se encontraba una mujer solitaria, especialmente al anochecer o durante la noche, podía ser un zorro.
En algunas historias, los kitsune tienen dificultad en esconder sus colas cuando se transforman en seres humanos; la aparición de la cola, cuando el zorro se emborrachaba o se descuidaba, es una forma habitual de descubrir la verdadera identidad de la criatura. Otras formas de descubrir la identidad de los kitsune eran que como seres humanos aún tenían rasgos parecidos al zorro, también les cubre un pelaje fino, tienen una sombra en forma de zorro, o su propio reflejo revelaba su identidad. El término kitsune-gao (literalmente "cara de zorro") se refiere a las mujeres humanas que tienen una cara angosta con ojos muy juntos, cejas delgadas y pómulos salientes. Tradicionalmente, esta estructura facial es considerada atractiva, y en algunas historias se le atribuyen a los zorros con forma humana. Los kitsune tienen fobia y desprecio a los perros, inclusive en su forma humana, y algunos se turban ante su presencia al punto que se convierten en zorros y huyen. También una persona devota puede ser capaz de ver la identidad del zorro inmediatamente.
Una historia popular ilustra estas imperfecciones en los kitsune convertidos en humanos; relataba acerca de Koan, un personaje histórico que poseía la sabiduría y los poderes mágicos como vidente. Según esta historia, él estaba en la casa de uno de sus devotos cuando se quemó su pie al entrar al baño debido a que el agua estaba muy caliente. Entonces, "en su angustia, él se escapó del baño desnudo. Cuando la gente de la casa lo vio, ellos estaban pasmados cuando observaron que Koan poseía un pelaje que cubría gran parte de su cuerpo y le sobresalía una cola de zorro. Entonces Koan se transformó en frente de ellos, convirtiéndose en un zorro anciano y huyó."
Otras habilidades sobrenaturales que se le atribuyen comúnmente al kitsune incluyen la posesión, la aparición de fuego o luz en la boca o en las colas (son conocidos como kitsune-bi; literalmente "zorro de fuego"), la manifestación voluntaria en los sueños de otros, la capacidad de volar, invisibilidad, y creación de ilusiones bien elaborados que son casi indistinguibles de la realidad. En algunas historias se menciona al kitsune con poderes más grandiosos, como curvar el tiempo y el espacio, volver locas a las personas, o tomar formas fantásticas como un árbol de considerable altura o una segunda luna en el cielo. Otros kitsune tienen características similares a los vampiros o los súcubos y se alimentan de la energía vital o del espíritu de los seres humanos, generalmente a través del contacto sexual.
Kitsunetsuki
El kitsunetsuki literalmente significa "el estado de estar poseído por un zorro". La víctima es principalmente una mujer joven, en la que el zorro entra debajo de sus uñas o a través de sus senos. En algunos casos, la expresión facial de la víctima cambia de una forma que es parecida a la de un zorro. La tradición japonesa menciona que la posesión de un zorro puede hacer que si la víctima es analfabeta tenga la habilidad temporal de leer.
Cabe anotar, que al liberarse de la posesión, la víctima no será capaz de comer tofu, azukimeshi, u otra comida que le agrade a los zorros.
El exorcismo, a veces realizado en un santuario de Inari, puede inducir a un zorro a abandonar su huésped. En el pasado, cuando no era posible el exorcismo con métodos benevolentes o si no estaba un monje, las víctimas del kitsunetsuki eran golpeados o quemados para forzar el abandono del espíritu. Familias enteras eran condenadas al ostracismo en sus comunidades si tenían a un miembro de la familia poseído por un zorro.
En Japón, el kitsunetsuki era considerado una enfermedad desde la era Heian y permaneció como un diagnóstico común de una enfermedad mental hasta comienzos del siglo XX. La posesión fue la explicación para la conducta anormal mostrada para las aflicciones individuales. A finales del siglo XIX, el doctor Shunichi Shimamura afirmó que las enfermedades físicas que causaban fiebre eran a veces considerados kitsunetsuki. La creencia había perdido apoyo, pero las historias de posesiones por zorro aún aparecían en los periódicos y en los medios de comunicación. Una de las más conocidas involucraba afirmaciones de que los miembros del culto Aum Shinrikyo estaban poseídos.
Publicado por
Javo
en
21:57
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Etiquetas:
Relatos y Leyendas
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