lunes, 20 de junio de 2011

El triángulo del dragón

Mucho se ha escrito sobre el famoso Triángulo de las Bermudas, es por esto que no vamos a incidir más en ese tema. Pero de lo que muy poca gente tiene conocimiento, debido a que no se le ha dado tanta publicidad, es que en las antípodas de las Bermudas (en el lado contrario del globo terrestre), sucede otro inquietante misterio de desapariciones y naufragios sin explicar.

En el mundo, del lado opuesto al Triángulo de las Bermudas, existe una sección del océano asombrosamente similar en cuanto a su historial de barcos y aviones desaparecidos. Hace ya mil años que los japoneses tienen conciencia de esta peligrosa zona. La han llamado Ma-no Umi: el Mar del Diablo. Durante años los marineros han atribuido las repetidas pérdidas de pesqueros a demonios marinos, agitados dragones que suben a la superficie del océano para apoderarse de los barcos y arrastrarlos con sus tripulantes a sus guaridas submarinas.

El Triángulo del Dragón, al igual que el de las Bermudas, forma un patrón triangular. Partiendo del oeste de Japón, al norte de Tokio, sigue una línea hasta un punto del Pacífico que se encuentra a unos 145 grados de latitud este. Ambos se encuentran en los 35 grados de latitud oeste y este respectivamente. Pero las semejanzas no terminan aquí, ambas zonas se situan en el extremo oriental de las masas continentales, en la caida hacia aguas profunsas donde el mar se ve arrastrado por fuertes corrientes encima de zonas volcánicas activas.

Una larga lista de embarcaciones pesqueras, grandes buques de la armada y aviones de todo tipo han desaparecido junto con toda su tripulación desde hace más de mil años. Tanto los testimonios de supervivientes, como las últimas comunicaciónes de los que no volvieron, apuntan a fallos en los sistemas de navegación, distensiones espaciotemporales y desviaciones de la consciencia de los tripulantes. Se ha comprobado que la actividad magnética de la zona es superior, junto con la del triángulo de las Bermudas, a cualquier zona del globo. Pero lo que nadie puede asegurar es que esta sea la causa de las desapariciones.

Son numerosos los testigos de avistamiento ovni en esta zona del Pacífico. Al igual que en las Bermudas la actividad de naves extraterrestres es enorme. Se baraja la posibilidad de la existencia de una gran base extraterrestre en las profundidades del océano (las fosas alcanzan los 12.000 metros de profundidad), ellos provocarían las anomalías magnéticas y secuestrarían nuestros navios, pero... ¿Para que?... ¿Cual es el fin de tal curuel misión?.

La otra teoría apunta a una conectividad entre los polos magnéticos de los dos triágulos que provoca una brecha espaciotemporal, pero... ¿Cual es el otro lado?... ¿Otro espacio? ¿Otro tiempo? ¿Otra dimensión?. La realidad es que existen dos zonas en la Tierra en las que naves enormes desaparecen sin dejar rastro junto a toda su tripulación, y jamás vuelven a dar señales de vida.

Extraña desaparición de Federick Valentich

El 21 de octubre de 1978, un jóven aviador de tan solo 20 años llamado Frederick Valentich, incició un vuelo desde Melbourne con destino a la Isla King, en su avión Cessna 128; A eso de la 19:00 hs. cuando atravesaba el estrecho de Bass, los controladores de tránsito aéreo recibían del avión de Valentich la notificación de que sobre él, se podían ver al menos cuatro luces extrañas. El joven piloto quería constatar si se trataba de las luces de aterrizaje de un avión militar, pero recibió de los operadores una respuesta negativa. No había ningún vuelo planificado en ese horario.

A las 19:08 reportó: “Se está acercando desde el este hacia mí. Parece estar jugando algún tipo de juego… volando a una velocidad que no puedo estimar”. Un minuto más tarde: “No es una aeronave. Es. En ese momento, el contacto radial se interrumpió por unos minutos. A las 19:11, La voz de Valentich, otra vez en la radio y con un tono de asombro, decía: “Está volando rápido ante mí. Es una forma alargada. No puedo identificar más de eso. Ahora mismo viene hacia mí. Parece estar estacionario. Estoy orbitando y la cosa está orbitando también sobre mí. Tiene una luz verde y un tipo de luz metálica en el exterior”.

Tras un breve silencio, el piloto informó por radio que el motor de su avión fallaba. Sus últimas palabras fueron, “¡No es una aeronave!” Y entonces… Frederick Valentich simplemente “desapareció”. En ese mismo momento comenzó una búsqueda desesperada por dar con la localización del piloto. Durante los cuatro días siguientes, buscaron restos de la aeronave por tierra y por mar sin obtener ningún resultado. Lo único que descubrieron fue una gran mancha de aceite sobre el mar que por las características, parecía no haber sido producida por el pequeño avión Cessna.El miércoles 25 de octubre, dieron por finalizada la búsqueda el cuando los oficiales gubernamentales se dieron por vencidos.

Amelia Earhart extraña desaparición

Amelia Mary Earhart (Atchinson, Kansas, 24 de julio de 1897) fue una aviadora estadounidense, célebre por sus marcas de vuelo y por intentar el primer viaje aéreo alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial.
A lo largo de los años muchos avistamientos no confirmados se han reportado y muchas teorías se han tejido alrededor de la desaparición de Amelia Earhart. Su fama y su gloria se vieron súbitamente interrumpidas por su desaparición (2 de julio de 1937)

Amelia dejó de ser una estrella para convertirse en una leyenda.

Algunos afirman, con cierto grado de veracidad, que Amelia estaba en una misión de espionaje autorizada por el presidente Roosevelt y que fué capturada por los japoneses.

Otros, que ella estrelló a propósito su avión en el Pacífico, que fué capturada por los japoneses y forzada a transmitir mensajes de desmoralización para las tropas americanas, con el sobrenombre de la Rosa de Tokyo durante la Segunda Guerra Mundial.

Algunos creen que ella se accidentó y que sobrevivió en una isla del Pacífico sur gracias a un pescador nativo, con el que pasó sus últimos días.

Tal vez la historia más irreverente e increible acerca de la pérdida de Amelia Earhart y Fred Noonan es la que, según algunos, fueron raptados por objetos voladores no identificados en el triangulo del dragon.

En 1961 se pensó que se habían encontrado los huesos de Amelia y Noonan sobre Saipán, pero resultaron ser de nativos.

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